Tras siete capítulos ejerciendo de pícaro buscavidas parece que dio sus frutos la especialización,centrarse en un nicho poco explotado para el litigio:la tercera edad. Y todo indica que esta vez parece haber "agarrado pelo" a una pieza de sorprendentes dimensiones. Todavía es incapaz de calcular su tamaño porque se encuentra a oscuras pero el tacto le hace ser optimista: pudiera estar ante algo grande ¿Acaso una demanda colectiva capaz de reportarle cientos de miles de dolares?
El episodio octavo es un ejemplo de perseverancia,de constancia,de ilusión,de luchar por lo que uno quiere,que no es otra cosa que hacerse un hueco en el competitivo mundo de la abogacía.
Y para conseguirlo no duda en bucear entre basura a la caza de alguna pista, intentar hacer el puzzle más grande del mundo convirtiendo miles de tiras de papel en información relevante... o desenterrar antigua jurisprudencia en busca de luz amiga.
Y un objetivo paralelo pero no menos importante: motivar,lograr ilusionar a su hermano Chuck para que surja el abogado competente que permanece reprimido entre fobias e inseguridades. Le sería de gran ayuda,y lo sabe.
Es encomiable su esfuerzo,sus ganas de trabajar,de triunfar,llegar a ser un gran abogado empezando de cero.
Y ahora tiene lo que necesitaba para arrancar:una oportunidad.
Eso sí, agarra fuerte la pieza si no quieres que se te escape.
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