El poder gravitatorio que genera "The Walking Dead" en el género-zombie es tan fuerte que imposibilita a series posteriores escapar a su cotejo,saliendo en su mayoría malparadas; guste o no, se ha ganado el derecho a ser referencia.
En una primera valoración hay que reconocer que "Z Nation" pierde el combate en todos los apartados salvo en dos: humor y dinamismo, aunque vence por K.O. a la hija menor de "The Walking Dead": esa tomadura de pelo llamada "Fear the Walking Dead", soporífera en su Primera Temporada.
Pero centrémonos en esta peculiar forma de afrontar el Apocalipsis zombie: la serie en su Primera Temporada es irregular,con fallos de guión y unos protagonistas faltos de carisma si exceptuamos a Muphy, el humano mutante que susurraba a los zombies y la voluptuosa Roberta Warren, una versión mejorada de Michonne (the walking dead).Ambos personajes justifican por sí solos el seguimiento de la serie.
Pese a tratarse de una serie de zombies es capaz de crear un universo propio,original y único que se aleja de los tópicos del género,donde el sentido del humor,lo grotesco y el surrealismo argumental no suelen tener cabida,conviertiéndose por contra en los signos distintivos de esta peculiar serie de suspense y acción con pequeñas dosis de terror, porque no me negaréis que la existencia de bebés zombies de inusitada agresividad y fuerza o dejan indiferente a nadie. Pero hay más: osos zombies para castigar a pecadores,huracanes y tsunamis de zombies en pleno desierto solo pueden tener cabida en este experimento convertido en serie.
Como ya dije antes,el guión, pese a estar bien definido en sus trazos argumentales principales (un virus transforma en zombies a los humanos que fallecen,pero un tratamiento experimental inoculado a un humano le convierte en invulnerable a los zombies.El objetivo será escoltar al potencial salvador de la humanidad a un laboratorio específico donde se pueda elaborar con su sangre la vacuna que inmunice contra los zombies), pero la forma de llevarlo a cabo es irregular,confusa y atropellada con momentos brillantes.
Uno de los puntos fuertes es la creación de escenarios, claustrofóbicos, desoladores, inquietantes o enigmáticos, como también lo son las escenas de lucha, bien coreografiadas y visualmente atractivas pese a contar con un bajo presupuesto.
Se echa en falta una mayor profundidad en el desarrollo y la evolución de los personajes; no llegan al espectador, les falta empatía con las excepciones ya mencionadas,y ese es un lastre que impide que la serie se convierta en referencia, lo que no impide que estemos ante una serie adictiva y muy entretenida.
En cuanto a los zombies,debo reconocer que me dejan desconcertado:en ocasiones parecen surgidos de la película "28 semanas después":veloces,fuertes y ágiles, pero otras veces parecen el rebaño torpe, lento y previsible de "The Walking Dead" ,donde solo se convierten en temibles por acumulación cuando practican "la envolvente" (cuando rodean a los supervivientes).
Otro rasgo anexo al humor en esta serie es la hipérbole,la exageración,lo imposible convertido en plausible,como ese episodio,quizás el mejor de la temporada en el que tiene lugar un concurso de tiro con algunos zombies encadenados como objetivo.Es glorioso el momento en el que tras haber disparado Diezmil (así le llaman) a la cabeza de un zombie a más de 400 metros,otra participante sea capaz de disparar y hacer pasar su bala ¡exactamente por el mismo agujero! causado en su cráneo instantes previos ,y lo que es aún más inaudito ¡que uno de los jueces haya sido capaz de verlo! Eso es agudeza visual,y lo demás son tonterías.
Sin duda prescindible el capítulo 9,una versión siniestra y repetitiva de "Atrapado en el tiempo" de Bill Murray,el Día de la Marmota convertido el el Día del Zombie Cansino. Estúpido episodio-botella. O ese otro dedicado a Ciudadano Z en el que ¡ATENCIÓN:SPOILER! supuestamente recibe la visita de un cosmonauta ruso...rebuscada metáfora para explicar la falta de aire.
En cuanto a la Segunda Temporada,lamento decir que sufre un bajón considerable, hasta el punto de considerarla prescindible, una parodia aburrida de sí misma. Ojalá remonte el vuelo.
