Rectify es esa valiosa antigüedad que espera ser vendida en un humilde mercadillo junto a baratijas oxidadas, viejos muebles y libros polvorientos; un pequeño tesoro por descubrir,una joya que le pasa desapercibida a su descuidado propietario y que espera pacientemente ser valorada como se merece.
La serie no necesita de acción trepidante, ni sustos, ni efectos especiales para deslumbrar a todo aquel que se atreva a introducirse en sus hipnóticos dominios, le basta con saber contar una historia, algo tan sencillo y a la vez tan difícil...
Una de las virtudes de la serie es su argumento,sencillo,directo pero con sus pequeños giros; narra la vuelta a su pueblo natal de Daniel tras pasar 19 años en el corredor de la muerte y liberado gracias a una prueba de ADN, lo que desencadenará una serie de reacciones en familiares y amigos.
Nada sobra en esta serie, todo acaba cobrando sentido en un complejo puzzle de sentimientos encontrados,represión,prejuicios y unas ganas enormes de vivir la vida.
La hermana coraje, la madre paciente,el hermanastro celoso,el amor imposible,el abogado perseverante y enamorado,el político prepotente, el sheriff perseverante y otros personajes más enigmáticos, todos forman parte de un universo local que nos va envolviendo poco a poco, nos va atrapando con pequeñas historias entrelazadas de gran poder adictivo, todo ello intercalado con abundantes flashbacks que nos ayudan a entender cómo vivió Daniel todos esos años recluido en su escueto habitáculo.
Daniel nos enseña la importancia de los sentidos,nos ayuda a valorar todo aquello que nos rodea,saborear cada segundo como si fuera el último, fijarnos en los pequeños detalles del día a día,sentir el paso del tiempo como si fuera un manantial que envuelve el cuerpo con su frío aliento. Y sus miedos,sus esfuerzos por pasar página,su violencia soterrada,su ingenuidad,la búsqueda de segunda oportunidad para recuperar el tiempo perdido,ese tiempo que ya no volverá...y comenzar de nuevo.
La serie es una visceral cascada de reacciones y actitudes ante la compleja dicotomía inocencia-culpabilidad y a la vez el intento fragmentado y metódico de descubrir la verdad de un asesinato y violación.
No es casualidad que el productor de Breaking bad eligiera esta serie para invertir su dinero, su apuesta personal.
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