Desde el comienzo este drama político me recuerda a esa gran serie norteamericana llamada el Ala Oeste de la Casa Blanca;basta con escuchar la melodiosa banda sonora de la cabecera de ambas para encontrar una cierta similitud ¿casualidad?
Ambas series narran la trastienda del poder,el día a día de la persona que dirige el país y todos aquellos que giran a su alrededor con solvencia. No obstante, ambas series llevan una cierta carga de idealismo,una pretendida realidad política algo edulcorada,alejada de las previsibles asperezas, turbiedad y corrupción,ya sea gruesa o más sutil que conlleva el poder.
En cualquier caso,no pretendo caer en el juego de los paralelismos,que daría para un libro y me voy a centrar en la serie danesa destacando sus virtudes,que tiene muchas:
La serie tiene ritmo,dinamismo en la elección de escenarios,visualmente muy atractiva,con una cuidada fotografía y algo muy importante:los actores logran hacer creíbles a sus personajes.
En cuanto a la trama,narra con brillantez el ascenso hasta la cima de un política honrada y humilde a la que una serie de alianzas y pactos lograrán convertirla en la primera mujer que gobierna Dinamarca.
Narra muy bien sus miedos,su inseguridad a la hora de enfrentarse a un puesto de tanta responsabilidad.Una de las mejores escenas de la serie es cuando su mentor,ministro y hombre de confianza Bent sube a una temerosa Birgitte a la parte más alta del edificio para que pueda contemplar desde allí toda la ciudad y se dé cuenta que ella es la que manda,que ella es la que debe decidir el mejor destino posible de los daneses,defender su bienestar,tomar decisiones. A partir de ese momento hay un antes y un después,parece tomar consciencia de su papel y recobra la confianza en sí misma.
Otro aspecto a resaltar es el papel de los medios de comunicación y su relación con el poder,vigilándolo muy de cerca y dispuesto a sacar a la luz su lado más oscuro,pero no tardaremos en darnos cuenta que no son seres incorruptibles,que tras la ética y la lucha por dar la noticia los primeros hay un lado más oscuro,gente poderosa de la televisión que negocia con el poder político la información que hay que emitir a cambio de unas prebendas.Y no trata de ocultar la importancia que dan los responsables de los Medios de Comunicación al share,a las audiencias,subordinando muchas veces la información al espectáculo,transformando los debates políticos en un circo de luces,sonidos y frases cortas pero impactantes que logren atraer la atención del espectador.
Posiblemente el mayor acierto de la serie haya sido plasmar el papel de los Medios y su relación con la política y el poder,cómo se gestiona la emisión/publicación de una noticia,la importancia de las audiencias,todo es tratado con credibilidad,sin idealismos.
¿Lo peor? Lo que no se ve,esa elipsis de más de un año que tiene lugar entre el fin de la Segunda Temporada y el comienzo de la Tercera.Ocurren demasiadas cosas que no son explicadas,y tampoco hay razón alguna para no hacerlo,aunque sea someramente.
Birgitte ha sido despojada de su poder,está trabajando en la empresa privada y besa a un hombre desconocido,que suponemos es su nueva pareja,hecho que choca,ya que la ruptura de su exmarido con su actual pareja y el acercamiento a Birgitte hacían presagiar una reconciliación,pero no,ni ha ocurrido ni nos explican qué provocó el nuevo distanciamiento.
En cuanto a Katrine,la rubia periodista,era feliz al final de la Segunda Temporada:Kasper iba a hacer realidad su gran deseo,ser madre.Parecían muy enamorados ambos.Y comienza la Tercera Temporada y Katrine juega con un bebé de algunos meses,pero no se le ve a Kasper por ningún sitio.¿Dónde está Kasper?
En cuanto a Kasper,ha pasado de ser el jefe de prensa de Birgitte y su persona de máxima confianza a convertirse casi en un desconocido para ella en la última temporada ¿Ha pasado algo entre ambos? De hecho,Birgitte funda un nuevo partido y se acuerda de todos menos de él. Es curioso el camino inverso que siguen Kasper y Katrine.
Resumiendo:una gran serie que deberían ver todos los políticos españoles,a la altura de El Ala Oeste de la Casa Blanca pero lejos de esa magnífica serie,casi insuperable que es House of Cards,pero claro,es que Kevin Spacey juega en categoría especial, y la maestría con la que narran el ascenso a la presidencia de los EEUU del personaje más maquiavélico creado hasta la fecha y su esposa es de lo mejor que puede verse si habla os de ficción televisiva.
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