domingo, 8 de mayo de 2016

LA EMBAJADA(1Er Ep.): MEDIOCRE COMIENZO

No cabe duda de que la corrupción se ha puesto de moda: abre telediarios,marca la agenda política de los partidos y la de sus adversarios,provoca dimisiones,condiciona el voto,es tema recurrente en las conversaciones de bar...era inevitable que surgiera una serie con ese leit motiv.
Es una pena que La Embajada haya sustituido la intriga política por pasiones más primarias propias de telenovelas, en las que priman las infidelidades, el sexo blando para que sea digerible por casi todos los públicos,el despecho,la impulsividad,el odio o la venganza.
Además desperdicia un buen elenco de actores con un guion flojo,lleno de trampas y sostenido por un insostenible cúmulo de casualidades.
¡OJO,CONTIENE SPOILERS!
Además, la trama se sustenta en torpezas metidas con calzador,porque hasta los niños que van a visitar Tailandia saben que:1) No es recomendable perderse voluntariamente por las calles del barrio rojo por la noche si eres una mujer atractiva, vas sola y llevas un seductor vestido de diseño. 2) Jamás se debe perder de vista la maleta o bolso,ya que alguien podría introducir ahí droga,perseguida con especial severidad.
Pues bien, la primera advertencia la incumple la mujer del embajador, con un comportamiento que recuerda a una preadolescente celosa tras observar cómo el chico que le gusta invita a un helado de piña a su mejor amiga. O dicho de una forma más gráfica, es como si un perro, tras enfadarse con su amo se escapa  y elige un mercadillo tailandés para perderse,consciente de que allí se comercia con carne de perro para su consumo.
Como no podía ser de otra forma,la esposa del embajador, tras percatarse de que es seguida por varios lugareños con libidinosas intenciones opta por la decisión más  inteligente: meterse por un callejón oscuro y solitario,  pero tiene la suerte de ser rescatada "in extremis" ¡oh casualidad! por un héroe anónimo que resultará ser el novio de su hija, y al que agradecerá su gesto salvador con una efímera noche de pasión,quién sabe si queriendo emular a Ana Belén en "la pasión turca". Llama la atención que desconozca los riesgos del barrio chino. Que posteriormente descubra que la supuesta infidelidad de su marido fue un montaje para crear tensión conyugal resulta irrelevante: ya se ha creado un morboso triángulo amoroso,todavía en sus albores.
No hay sutileza en la narración sino juegos tramposos con el azar para hacer plausible lo improbable demasiadas veces,un burdo soborno al cálculo de probabilidades.
¿Cómo se podría acorralar al embajador para que rebajara su integridad y colaborara con corruptos? Metamos droga en el bolso de su hija ¿Cómo?¿Dónde? Hagamos que un desconocido se la lleve a una discoteca con la sumisa anuencia de su novio, y tenga que dejar su bolso en la barra,ya que su tamaño,poco más grande que un teléfono móvil le impide moverse y bailar, pura coherencia.Para qué seguir contando, todo es un cúmulo de despropósitos.
Ojalá levante el vuelo,pero los comienzos son de un forzado vuelo rasante con demasiados árboles.

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