Cierto es que la serie no es apta para todos los públicos: se requiere una cierta complicidad, personas capaces de relativizar sus esquemas mentales, que pongan en duda la realidad objetiva y vacíen la mente de prejuicios antes de cada capítulo. Es necesario que se dejen llevar para poder sacar todo el provecho al humor absurdo, surrealista y con un toque picante que ofrece sin escatimar esfuerzo ni talento para la sorpresa. Además su corta duración (20 minutos) facilita una rápida asimilación, no empacha ni provoca digestiones pesadas de la red neuronal.
Si tuviera que buscarle parecido con alguna serie sería con Angie Tribeca; pese a que las temáticas de ambas series difieren radicalmente en su argumento y personajes lo cierto es que convergen en un humor absurdo pero efectivo, capaz de romper la casi inexpugnable frontera que separa la sonrisa de la risa.
El riesgo de este tipo de series es que su humor, basado en una sucesión de gags breves de gran fuerza visual en un contexto peculiar es que pueden llegar a cansar si se produce una sobreexposición. Quizás lo apropiado sea su consumo en dosis moderadas, no más de dos o tres capítulos para que no sature.
Si tuviera que buscarle parecido con alguna serie sería con Angie Tribeca; pese a que las temáticas de ambas series difieren radicalmente en su argumento y personajes lo cierto es que convergen en un humor absurdo pero efectivo, capaz de romper la casi inexpugnable frontera que separa la sonrisa de la risa.
El riesgo de este tipo de series es que su humor, basado en una sucesión de gags breves de gran fuerza visual en un contexto peculiar es que pueden llegar a cansar si se produce una sobreexposición. Quizás lo apropiado sea su consumo en dosis moderadas, no más de dos o tres capítulos para que no sature.
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